El centro educativo Ribamar, a través de su Departamento de Orientación, comparte tres claves o recomendaciones para preparar los exámenes y optimizar el estudio del alumnado.
El estudio siempre es un reto para el alumno. La clave está en cómo organizamos nuestro tiempo, qué técnicas utilizamos y cómo nos enfocamos en el contenido. Hoy os compartimos tres estrategias efectivas para mejorar el aprendizaje y hacerlo más eficiente: la lectura comprensiva, la elaboración de mapas conceptuales y la interiorización de contenidos.
1. Lectura comprensiva: La base para entender y retener
La lectura comprensiva es el primer paso esencial en cualquier técnica de estudio. No se trata de leer de manera superficial o apresurada, sino de dedicar tiempo a entender cada concepto. Para lograrlo, es fundamental hacer una lectura activa: subraya, destaca las ideas principales y haz preguntas sobre lo que estás leyendo. Al comprender en profundidad lo que estás estudiando, facilitarás su asimilación y memorización a largo plazo.
¡Consejo práctico!
Realiza una lectura en voz alta y resúmela con tus propias palabras. Esto activa diferentes áreas del cerebro y te ayuda a afianzar lo aprendido.
2. Elaboración de mapas conceptuales: Organiza la información visualmente
Una vez se tiene claro el contenido, el siguiente paso es organizarlo de manera visual. Los mapas conceptuales son herramientas poderosas para estructurar la información, conectar ideas y ver las relaciones entre conceptos. Se pueden a elaborar a mano o usar herramientas digitales, dependiendo de lo que el alumno prefiera. Esta técnica no solo facilita la comprensión, sino que también hace que el repaso sea más eficiente.
¡Consejo práctico!
Comienza con el concepto central en el centro y ve agregando subtemas alrededor. Usa flechas y palabras clave para conectar las ideas y hazlo de forma visualmente clara para que sea más sencillo recordar los conceptos.
3. Repaso mapa conceptual: Interiorización de contenidos
El repaso es crucial para afianzar lo aprendido. Sin embargo, no se trata solo de revisar el material una vez. La técnica del repaso progresivo sugiere revisar el contenido estudiado en intervalos de tiempo. Esto te ayudará a mantener la información fresca y evitar el olvido.
¡Consejo práctico!
Programa tus repasos y evita dejar el estudio para el último momento.
La combinación de estas tres técnicas crea una rutina de estudio efectiva y menos estresante frente a los exámenes y las pruebas de evalución. La clave es la constancia y el enfoque progresivo. Estudiar de manera organizada y reflexiva no solo ayuda a aprender mejor, sino que también permite disfrutar del proceso.
