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ALONSO GARCÍA DE LA PUENTE: “CENTRALIZAR LA ATENCIÓN DE ESPECIALIDADES EN CUIDADOS PALIATIVOS ES FUNDAMENTAL PARA EL BIENESTAR DEL ENFERMO”

curso bioética Ribamar entrevista Alonso García de la Puente

Alonso fue uno de los ponentes de la II del Curso de Especialización en Bioética organizado por Ribamar. En unos días, comienza la tercera edición dirigida a alumnado de Ciclos Formativos y a profesionales de la rama sanitaria. Por ello, os compartimos una entrevista que le hemos realizado para conocer de cerca sus impresiones como profesional vinculado a los cuidados paliativos.

Alonso García De La Puente es director del departamento de Psicología, Trabajo Social y Espiritualidad EAPS del hospital Laguna de cuidados paliativos. Participó en nuestro curso de especialización en Bioética para formar a los profesionales del sector sanitario sobre la importancia que tienen los cuidados paliativos en el bienestar del paciente al final de su vida.

Le hemos planteado cuestiones que preocupan a los profesionales del sector y a todos aquellos que cuidamos y acompañamos a los familiares que lo necesitan.

Como profesional sanitario ¿Cómo definiría los cuidados paliativos?  

Los cuidados paliativos son una necesidad que se crea en la ciencia sanitaria cuando al principio únicamente se fijaba en la cura del paciente. Así nacen la Medicina, la Enfermería, la Psicología y otras especialidades con el objetivo de curar a las personas enfermas. Después, de una manera natural, se llegó a la conclusión de que además de curar quizás fuera importante prevenir. Y así, se creó esa rama de la ciencia sanitaria, de la prevención. 

Tradicionalmente se ha cuidado a aquellas personas que lo necesitan, pero no se había profesionalizado esa atención.  De hecho, como curiosidad, ya en Atapuerca se encontraron esqueletos de personas mayores sin dientes, por lo que podemos intuir que los congéneres los ayudarían en la ingesta de alimentos. Teniendo en cuenta esos antecedentes, cuando ya no se puede prevenir ni curar, ¿qué podemos hacer con el paciente? Es el momento de generar una cultura de cuidado profesionalizada. 

Por lo tanto, al igual que se cuida a las personas mayores, los paliativos profesionalizan los cuidados al final de la vida.  

¿Por qué son los cuidados paliativos una alternativa a la eutanasia? 

Los cuidados paliativos son el camino que debemos seguir como sociedad, ante el sufrimiento que padecen las personas al final de su vida se deben ofrecer alternativas al igual que se hace con otros aspectos de la vida.  

El sufrimiento puede ser físico, emocional, existencial, social, etc. Nosotros como sociedad, debemos responder y buscar una manera de aliviarlo, poniendo los medios políticos, económicos y culturales necesarios para proporcionarles esos cuidados.  ¿Para qué? Pues para que esa persona no sufra. Actualmente hay una ley que está aprobada, pero está bloqueada. Esa ley sería de gran ayuda, por ejemplo, para los pacientes con ELA. En ella se reconoce que un paciente con esa enfermedad en el momento en el que es diagnosticado, ya se le da el 66% de discapacidad, con todo lo que eso conlleva, recibiendo una ayuda a la Dependencia desde el primer momento, y puede disponer de todos los beneficios para adaptarse poco a poco a la nueva situación. 

Pero actualmente, un paciente de ELA muchas veces fallece sin haber recibido ninguna ayuda por parte de la sociedad. Eso conlleva un sufrimiento tan elevado que la persona siente el deseo de morir. Y ese deseo de morir es legítimo. Pero, una persona a veces no quiere morir. No tenemos que juzgar ese deseo de morir, sino lo que tenemos que hacer es ayudar a la persona a darle los medios para mejorar su situación y que pueda vivir, por sí misma y respetando esa dignidad que tiene. 

¿Qué papel juegan los sanitarios en la aplicación de los cuidados paliativos?  

En España actualmente los cuidados paliativos no están reconocidos como especialidad y eso conlleva que no haya una formación reglada de paliativos como tal. Existen algunos másteres que ofrecen las universidades, pero son títulos propios. No existe la formación oficial. 

Un médico actualmente para hacer paliativos tendría que escoger la especialidad o de familia o de medicina interna, o irse por otras vías porque no existen como especialidad.  

¿Cuál es vuestra labor o misión a corto plazo en los cuidados paliativos? 

Nuestra atención está centrada en el paciente y en la familia de los paliativos. Al final lo interesante sería llegar muchísimo antes y, de hecho, tiene sentido que no solo estemos en la parte hospitalaria, sino también en la parte educativa. Se debería llevar a cabo una psicoeducación de la muerte y de la enfermedad. Lo hemos visto con la pandemia. Se ha hablado mucho, pero algunas han quedado como en pinceladas de que efectivamente todos tenemos que plantear la muerte a los profesionales de los paliativos.  

Actualmente, trabajamos como un verdadero equipo sin tener que derivar al paciente a diferentes médicos y profesionales para hacer frente a su situación como sucede con otros pacientes que deben llevar seguimiento por varios profesionales. Somos nosotros los que nos reunimos cada día y vemos cuáles son sus necesidades. Las barreras entre el médico, el psicólogo y el enfermero o el auxiliar se desdibujan.  

Atendemos tanto al paciente como a la familia en domicilio o en hospitalización y les acompañamos en ese proceso, atendiendo el dolor físico, el dolor emocional, el dolor social, el dolor espiritual. Y ponemos todos nuestros medios para aliviar esos sufrimientos y acompañar a la persona. Y después, trabajamos el duelo con la familia una vez que esa persona ha fallecido.  

¿Qué beneficios reporta al paciente este tipo de cuidados? 

En primer lugar, la reducción del sufrimiento en todas estas áreas que hemos indicado con anterioridad y la capacidad de poder cerrar la vida con paz, con serenidad y con la persona haciéndose cargo de ello. También crear paz alrededor para ayudar a prevenir un duelo patológico.  

Cuando te dicen que sólo te queda un tiempo parece que entras en shock y dejas de hacer muchas cosas, pero nosotros le ayudamos a que tenga un sentido y que la persona sea capaz de trabajar ese aspecto de su vida, darse cuenta y tomar también su identidad como persona. Al final de la vida uno no está feliz porque no quiere morirse, pero sí puede disfrutar de cada día. 

Y si podemos poner todos los medios para que puedan seguir disfrutando de su propia vida y de la compañía de sus familiares, es una labor que nos tomamos muy en serio.  

En cuanto al acompañamiento espiritual del paciente y sus familiares ¿Cómo interfiere en el proceso y qué beneficios reporta? 

Se trata de aprovechar el tiempo en los últimos días de la vida.  El tema de la espiritualidad es algo que hemos eliminado de la ecuación. Los valores y cualidades han desaparecido y sin darnos cuenta, hemos provocado un sufrimiento muy grande. Porque un indicativo de una buena muerte es una persona que tiene fe, que ha trabajado su espiritualidad a través de ella.  ¿Y por qué? Porque al final de la vida nos lo quitan todo, perdemos la identidad física porque la enfermedad nos transforma, únicamente nos queda nuestra dignidad y el sentido que damos a nuestra vida. Entonces, si nuestra vida la hemos centrado única y exclusivamente en las cosas que hemos construido, en lo material y en pensar qué puedo aportar al otro, dejará de carecer de sentido.  

La vida posee un valor intrínseco tan significativo que requiere que todo adquiera un propósito y se vuelva mucho más sereno para afrontar esa situación. 

¿Por qué considera que es relevante la formación en materia de cuidados paliativos a los profesionales sanitarios? 

Siempre es fundamental. Proporciona seguridad, establece estándares mínimos y garantiza la calidad de la formación, siendo beneficiosa para otros profesionales. Como mencionaba antes, la mirada paliativa es innovadora al colocar al paciente en el centro, sin subordinarlo a la estructura sanitaria. En lugar de que el paciente se adapte a la estructura, esta se ajusta a las necesidades del paciente, lo cual practicamos en nuestra labor. No estamos todos alrededor del paciente, sino que lo rodeamos. 

¿Por qué decidió formar parte de los ponentes de este curso de especialización y qué quiso aportar al contenido con su experiencia profesional? 

Cuando recibí la propuesta por parte de Ribamar, investigué sobre el centro y encontré que la labor que realizan es impresionante. Creí que podía contribuir con información sobre cuidados paliativos, ya que son bastante desconocidos, y así llevar un mensaje a esos futuros profesionales que se enfrentarán al mundo laboral.

En la sociedad actual, se enfatiza la necesidad de humanizar la condición de la persona y preservar su autenticidad a través de los cuidados paliativos, de ahí la importancia de trasladar a los profesionales el alcance de la formación en esta materia.

En mi conferencia hablé sobre la compasión para destacar que no se trata de que alguien nos dé pena, sino de compartir emociones y acompañar al otro. Al interactuar con los pacientes, la presencia compasiva, volver a mirar a los ojos y acompañarlos, es lo que más contribuye a su bienestar. 

¿Con qué le hubiera gustado que el alumnado participante se quedara como idea principal de su intervención? 

Yo concluyo mi formación con la frase de San Josemaría: «Amar al mundo apasionadamente». Puedes amar tu profesión con pasión cada día, y el día que dejes de amarla, sé honesto para decir «hasta aquí no puedo ayudar más». Por cualquier motivo. Entonces, te dedicarás a otra cosa. Es fundamental ser honesto en la vida, amar apasionadamente es amar hasta el final. No estás simplemente cumpliendo con tu deber. 

¿En qué consiste su trabajo diario y cuál es su función dentro del departamento de la institución? 

Soy el director del departamento psicosocial, compuesto por tres psicólogos y una psicóloga, así como tres trabajadoras sociales. Brindamos apoyo tanto en la atención hospitalaria como en el domicilio a pacientes de cuidados paliativos, a residentes, y también a personas en nuestra residencia con enfermedades neurodegenerativas tipo Alzheimer. Ofrecemos soporte a todas estas realidades. 

*La imagen del artículo pertenece al Espacio de voluntarido Nadie Solo